miércoles, 4 de abril de 2007

Cuando se tiene suerte, se tiene.

El domingo 25 de marzo nuestro equipo, el TuS Makkabi Berlin, se enfrentó al equipo BSV 63 Chemie Weissensee e.V. Los nombres son larguísimos y sigo sin entender qué significan tantas siglas. Por lo pronto, ya descubrí que "SC" significa "Schach Club", o sea, "club de ajedrez", y que "SF" significa algo un poco más curioso: "Schachfreunde" o "amigos del ajedrez". Una denominación un poco infantil, diría yo, pero parece que en alemán suena de lo más normal. Pues bueno...

Este equipo, el Chemie Weissensee, es el colero y por mucho. No ha ganado un solo enfrentamiento, y ya lo habían apaleado 1-7 dos veces e incluso 0.5-7.5 en otra ocasión. Así que no dudábamos de que fuéramos a ganar. Y en efecto ganamos 7-1, aunque debimos haber perdido un punto porque en el octavo tablero no llegó nuestro jugador. Como tampoco apareció el octavo jugador del rival, debió haberse registrado un doble cero, uno por equipo, y marcarse un 6-1 final a nuestro favor. Sin embargo nuestros rivales, que por ser el equipo de casa tenían que llenar los papeles para la federación berlinesa de ajedrez, creyeron que su jugador, por llevar blancas, perdió por default. En pocas palabras, nos regalaron un punto.

Otra grata sorpresa: el señor Zaydentreger, que había perdido de todas, todas, reapareció en nuestro séptimo tablero y volvió a perder. Ahora lleva 0 de 7 posibles y, si juega en la útlima ronda, tiene chances de quedar nada más y nada menos que en 0 de 8, lo que sería memorable. Lástima que no haya jugado en la séptima ronda.

La partida que tuve la suerte de ganar fue muy floja, pero por lo menos me aclaró algo sobre mi variante preferida. Volví a cargarme de tiempo, aunque siempre tuve uno o dos minutos más que mi rival. Pimponeamos las últimas jugadas antes del control y su banderita se cayó en cuanto hizo su jugada 41. Con un juez presente, hicimos lo siguiente: apuntamos los dos la posición sobre el tablero y a continuación fuimos a otro cuarto. Ahí reprodujimos las jugadas y aprovechamos para apuntar las jugadas que habíamos pimponeado y que el juez apuntó durante nuestro apuro. Luego comparamos ambas posiciones, la que nostros vimos en el tablero y la resultante de la reproducción, dijimos órale, es la misma, y regresamos al juego. Todo muy limpio y sin aristas. Buen juez, diría yo. Mi rival se rindió pocas jugadas después. De hecho, pudo haber quedado muy superior en por lo menos dos momentos, pero falló en hallar continuación adecuada y al final cayó en solito en una coyota que yo venía zopiloteando desde hacía unas tres jugadas.

Ahora iremos contra el líder del torneo, el Rotation Pankow. Nosotros llevamos 8 "puntos de equipo" (Mannschaftspunkte: 2 puntos por enfrentamiento ganado, 1 por un empate y 0 por un pepino), y 33 "puntos de tablero" (Brettpunkte: la suma de los puntos obtenidos, igualito como en las olimpiadas hasta ahora). Nuestro rival se va a dejar ir con todo sobre nostros, porque está empatado en primer lugar (14 puntos) con otro equipo, el Berolina Mitte, y la diferencia la hacen los puntos de tablero: 46 para el Rotation Pankow por 41,5 del Berolina Mitte. El problema para Pankow es que el Berolina Mitte cierra precisamente contra el Chemie Weissensee, el equipo que todo mundo destroza, y se pronostica que Berolina también lo pulverizará 7-1 o incluso 8-0. En cambio, el Rotation Pankow tendrá que esforzarse un poco contra nosotros. de hecho, si le empatamos, el Berolina Mitte ganará la liga y ascenderá a la categoría siguiente. Aunque ya no luchemos por nada, podemos tener la última palabra en el campeonato. Uy.