lunes, 8 de diciembre de 2008

Más de la olimpiada Dresde 2008. Comentarios al blog AxA, del M.I. Benjamín Góngora

Seguramente planea escribir más al respecto, pero supongo que Benjamín Góngora ya dio a conocer sufieciente información sobre su participación como seleccionado olímpico nacional en Dresde 2008 (cuatro mensajes) en el blog AxA como para darnos una impresión de cómo encaró el reto de representar al país en un evento de tal magnitud. Me concetraré en tres rubros: 1) la (auto)percepción de Benjamín como ajedrecista y su pertenencia al seleccionado olímpico nacional; consecuentemente 2) la manera en la que Benjamín parece comprender su papel dentro de la selección olímpica nacional y finalmente, 3) el tema del turismo olímpico.

Ámonos.

1) Veamos el primer post (Restrospectiva (I), 01.12.2008). Góngora escribe que la fiesta de apertura me pareció deslucida además de muy larga, sin embargo, el sentimiento de pertenencia, el orgullo de estar entre los mejores ajedrecistas del planeta -aunque muchos bellacos nos llamen turistas-, ser parte del mayor acontecimiento del ajedrez mundial, es una experiencia incomparable.

El "sentimiento de pertenencia", el "orgullo de estar entre los mejores ajedrecistas del planeta" que embarga a Benjamín, ¿significa que que él, Benjamín Góngora, está convencido de que pertenece, que está entre los mejores ajedrecistas del planeta? ¿O se referirá a la emoción de estar físicamente - estar parado en medio de, ir caminando entre- los mejores ajedrecistas del planeta? Supongo que se refiere a esta última opción. Porque el último párrafo del mismo post -Boleto de avión $1,000 USD; ver en persona a Judith Polgar, a Tatiana Kosintseva, a Artur Yusupov, a Victor Kortchnoi no tiene precio, para todo lo demás existe visa.- sólo puede ser escrito por alguien que sabe que por supuesto no es de los mejores del mundo. Estoy seguro de que Góngora está conciente de que no es muy probable que Kosintseva, Polgar, Korchnoi o Yusúpov hayan escrito en alguna parte "Boleto de avión $ 1000 USD; ver en persona a Benjamín Góngora no tiene precio, para todo lo demás existe visa".

Pero por otro lado, Benjamín parece sonar convencido de que, en efecto, su "orgullo de estar entre los mejores del mundo" es algo más que meramente un orgullo. En su cuarto post dedicado a la olimpiada (Retrospectiva (II), 03.12.2008) Benjamín describe lo que parece ser un espíritu pesimista enre los jugadores mexicanos antes del enfrentamiento con Grecia en la primera ronda: "Vamos contra Grecia, Góngora”, “tiene el 90% de probabilidad de que pierda”, “póngase sólido”, “coma pescado maestro, es lo que marcó el salto del neandertal (sic)”, “No vinimos a ganar la Olimpiada”… para a continuación demostrar que él, por el contrario, era dominado un gran optimismo (o, como se dice ahora en el insufrible lenguaje de manual de superación personal, de una mentalidad triunfadora): Me dije a mi mismo: “Mi mismo: No vine hasta Dresden para ponerme sólido, ni de vacaciones aunque pueda amedrentarme la expectativa. Vine por la medalla de oro”. Esa fue mi mentalidad todo el tiempo. Tal vez fue esta mentalidad -que, si en efecto fue así "todo el tiempo", resultó ser a prueba no sólo de comentarios derrotistas sino de la cruda realidad también- la que explica por qué Góngora muestra tal indiferencia hacia las necesidades del equipo y lo considera como simple marco para su marcha hacia la medalla de oro.

2) En efecto. Toquemos ahora el rubro del juego en equipo, la participación en una selección. En el mismo post (Restrospectiva II, 03.12.2008), que es por mucho el más rico en información y por ende el más interesante, Benjamín manifiesta su sorpresa ante la decisión de Rafael Espinosa de ceder el segundo tablero a Luis Fernando Ibarra, con los argumentos de que tiene un mejor repertorio de aperturas, tendría una mayor oportunidad de lograr una norma de GM y que además podría estar más motivado que él mismo. Góngora confiesa que está en desacuerdo, ya que en lo personal preferiría jugar en el primer tablero aunque perdiera todas la partidas -y luego me tiraran hasta con la cubeta llegando a casa-, pero claro que el hombre con experiencia es Rafael. En otras palabras, Benjamín Góngora se daría el gustazo de jugar en el primer tablero. Y al equipo que se lo coma un león ("aunque perdiera todas las partidas"). No mencionemos también que muestra poco interés por lo que puediera decirse a su regreso al país ("-y luego me tiraran hasta con la cubeta llegando a casa-")

Profundicemos este punto, que es revelador en grado sumo. Rafa Espinosa, al ceder el segundo tablero a Luis Fernando Ibarra Chami, habría demostrado a) un intento sincero por mejorar la cosecha de puntos del equipo (Ibarra Chami tendría un mejor repertorio; la motivación de Luis Fernando), b) una apreciación realista y desapasionada sobre su nivel en general o sobre su preparación concreta para esta olimpiada (el mismo argumento del repertorio), c) el apoyo a un jugador joven y prometedor dándole oportunidad de foguearse y luchar por una norma de GM (La motivación de Ibarra). Pero esta decisión de Espinosa, acepta Benjamín, "me sorprendió" aunque atempera: "... pero claro que el hombre con experiencia es Rafael". ¿Qué tanta experiencia se necesita para entender los motivos de Espinosa? El maestro internacional Rafael Emilio Espinosa Flores, nacido en 1965, jugó en Dresde 2008 su décima olimpiada, si los datos de los que dispongo son los correctos. ¿Significa esto que el maestro internacional Benjamín Góngora Montes necesita la experiencia de otras nueve olimpiadas - en el mejor de los casos, hasta la olimpiada de 2026 - para comprender el acto de Espinosa? Rafa Espinosa tiene unos 43 años; Góngora anda por los 32. ¿Entenderá o apreciará Góngora los motivos de Espinosa dentro de 11 años? ¿O Góngora no hubiera actuado así en su lugar, porque cree que tiene mejor repertorio de aperturas que Ibarra Chami y que és el y no Luis Fernando, jugador nacido en 1989 (12 años más joven que Benjamín), quien merece las oportunidades de lograr normas de gran maestro?

Más sobre el espíritu de equipo de Góngora. Me permitiré una cita in extenso, de los últimos párrafos del mismo post:

Son las 10 de la mañana del 17 de Noviembre. Gilberto me dice que no voy a jugar. Desayuno. Me preparo para ir a la ronda. Encuentro al Ing. Ferríz (sic) en la parada del tram.

-Ingeniero, sigo esperando que me diga contra quien juego.
-No va a jugar Góngora.

Es el primer descanso del equipo, ¿cuál es la estrategia? No hay una respuesta clara, vamos contra un equipo débil en teoría –Korea (sic) del Sur-.

Los peores resultados hasta el momento son el de Rafael y el mío 1.5 de 4, pero si jugamos los dos tenemos la oportunidad de ganar e ir al descanso por lo menos con el 50% de los puntos todos los integrantes del equipo. Todos felices y contentos.

Esto si me afligió mucho porque no entendí y sigo sin hacerlo ¿Cuál fue la estrategia de competencia del equipo? No me quejo por no haber jugado, acato la decisión tomada, me quejo de que no haya una justificación clara y objetiva. Esto fue algo que discutí con Raúl, con el Ing. Ferríz (sic) y con Jesús Casillas (candidato a ser capitán del equipo varonil), meses antes de salir hacia Dresden. Soy de la opinión de que el puesto de Capitán debe concursarse con fundamento en un proyecto de trabajo, previo, durante y posterior a la competencia.

Cuando Raúl me instó a definir a quién prefería de capitán, me incliné por el Ing. Ferríz (sic), es una persona a la que aprecio mucho y le admiro por su gran trayectoria dentro y fuera del ámbito ajedrecístico, pero su actuación como capitán del equipo me dejó muy mal sabor de boca.

A ver a ver. Góngora confía en jugar contra Corea del Sur. De ser así y entre otras cosas, él y Espinosa (hasta ese momento los dos peores resultados: 1.5 de 4 posibles) podrían ganar y alcanzar, en el peor de los casos, al resto de los integrantes del equipo con el 50% de los puntos, y "todos felices y contentos".

Escribí "y entre otras cosas" al inicio de la frase anterior porque tal vez Góngora tenga otras razones, aparte de que él en lo personal se vaya al día de descanso con la mitad de los puntos, por las que él debió haber jugado contra Corea del Sur. Pero no las menciona. Benjamín nos dice que la noticia de que no jugaba lo afligió, que no entendió entonces y sigue sin entender (por lo menos hasta el 3 de diciembre) la decisión del ingeniero Alfonso Ferriz Carrasquedo, capitán del equipo, de no alinearlo. Especifica que no se queja por no haber jugado, sino porque no hubo "justificación clara y objetiva" ("¿Cuál fue la estrategia de juego del equipo?" se pregunta Benjamín). Y se lanza a una explicación sobre porqué la actuación del inge Ferriz como capitán del equipo "me dejó un muy mal sabor de boca". Primero declara que "soy de la opinión de que el puesto de Capitán debe concursarse con fundamento en un proyecto de trabajo, previo, durante y posterior a la competencia." Inmediatamente después anota: "Cuando Raúl me instó a definir a quién prefería de capitán, me incliné por el Ing. Ferríz." Entonces, ¿Góngora fue coherente con sus propios principios y convicciones ("soy de la opinión...") y por eso prefirió al inge? ¿O acaso votó por el ingeniero Ferriz simplemente porque "es una persona a la que aprecio mucho y le admiro por su gran trayectoria dentro y fuera del ámbito ajedrecístico", sin preocuparse si tenía un proyecto de trabajo o no? Si Góngora fue consecuente con sus convicciones, entonces votó por el inge por su "proyecto de trabajo previo, durante y posterior a la competencia". Puesto que el ingeniero Ferriz Carrasquedo ya ha sido capitán olímpico en por lo menos otras dos olimpiadas (Calviá 2004, Turín 2006), Góngora, si así lo quiso, tuvo oportunidad de formarse una opinión sobre tal proyecto. Por el contrario, si Góngora prefirió al inge simplemente porque lo admira y aprecia, sin importarle si tiene el proyecto de trabajo famoso, entonces a) no es coherente con los principios que dice profesar y b) pues él solito se lo buscó.

Bromas aparte. Ya estamos enterados de que Góngora fue a Dresde a ganar la medalla de oro. ¿Será por eso que se imagina que "la estrategia de juego de equipo" que ni encontró entonces ni encuentra ahora tendría que contemplar forzosamente su participación en todos los matches de la selección? ¿Se hubiera preguntado "cuál fue la estrategia de juego de equipo" si el ingeniero Ferriz lo hubiera alineado contra Corea del Sur? No me gusta repetirlo (ya lo he escrito en este blog), pero Góngora fue el integrante de la selección mexicana que más partidas perdió, menos partidas ganó, menos puntos aportó, peor rating performance tuvo y consecuentemente el que más rating perdió. Cierto es que cuando se enteró de que no jugaba esto todavía no podía saberse, y por eso comprendo que escriba "no lo entendí". Pero ahora, cuando ya sabemos lo que pasó, no encuentro justificable que agregue "...y sigo sin entenderlo". Tal vez en inge, con su experiencia, lo vio venir. Y entonces el inge no requería de una "justificación" para no alinearlo. Al contrario, "justificación" es lo que requeriría ahora el inge si hubiera alineado a Góngora en más partidas.

3) Volvamos al penúltimo párrafo del post Retrospectiva (I). Escribe -aunque algunos bellacos nos llamen turistas- sólo para ilustrar su post con... una foto típica de turistas: un close up suyo con una calle nevada en segundo plano. Como creo que fui de aquellos bellacos, en cuanto vi su post me sentí aliviado. Pero me sentí totalmente reivindicado cuando vi el segundo y el cuarto posts dedicados a la olimpiada (Mi top 5 (02.12.2008) y El día libre (04.12.2008), respectivamente). Mujeres que le gustan y sus experiencias de turista en Praga, vaya vaya. El ya citado último párrafo (el de los precios) describe lo que vio con admiración ("no tiene precio"), mas no lo que hizo activamente, que sería batirse (¡y prepararse!) por la selección nacional. Esta frase ahonda la sensación de que su actitud y arrobamiento ante lo vivido, visto -y fotografiado- fue, precisamente, la de un turista.

Al inico del post El día libre, Góngora muestra su desacuerdo con la actitud de turista: Ante el rumor de que los GM clasificados al equipo olímpico no asistirían, alguien me dijo: -Ya estuve averiguando a donde puedo ir en los días libres si me tocara ir a la olimpiada-. Tras tres párrafos (que tampoco tienen desperdicio), expresa su incomprensión ante tal actitud: En el avión de ida a Dresden, un comentario recurrente era “el día libre vamos a ir a…” ¿cómo es posible pensar en eso cuando ni hemos llegado y se tienen cinco días consecutivos de competencia por delante?

Benjamín desaprueba, y con razón, "pensar en eso" cuando todavía ni se había llegado a Dresde y cuando por delante se tenían cinco rondas. Pero parece que "pensar en eso" luego de jugar cuatro partidas no le parece nada mal. Todo un post tenemos de su visita a Praga, que implicó un viaje en tren de cinco horas más o menos, más una estancia de otras cinco horas. Si salió de Dresde a las 11:10 am, según escribe, habrá regresado al hotel pasadas las 21:00 horas. No jugó al día siguiente, es cierto, pero ¿y si hubiera sido necesario? ¿si alguien hubiera amanecido con problemas estomacales, de presión, dolores de cabeza?

veamos qué escribe el inge Ferriz en su informe sobre la olimpiada de Turín 2006. Primero, durante el día de descanso:

Hoy fue día de descanso y espero que los que se nos fueron a Florencia no regresen demasiado cansados, pues el viaje de ida y vuelta es de mas de 8 horas. No quiero hacer más comentarios porque no puedo exigirles un profesionalismo como yo lo entiendo. Pero los Top Masters vienen a jugar y los descansos los aprovechan para descansar, por que crean que a estas alturas (No hemos llegado ni a la mitad de los juegos), estamos todos rendidos.

Y tras la ronda siguiente:

Paso (sic) lo que predecimos. 3.5 a 0.5 y sólo ganó la que no fue a Florencia. Juan Carlos González perdió un final que tal vez pudo haber ganado. eso es muy raro porque siento que el fuerte de Juan Carlos es precisamente el final. El GM Victor Bologan le ganó e igual le hicieron a Espinosa el GM Svetushin (sic) y a Willy el GM Sanduleac. Pepe González le ofreció tablas al GM Svetushin y se las aceptaron. Terrible.

A las muchachas también les va mal. Perdieron Yadira y Paulina y gano (sic) un final muy bien jugado Nelly.

Quiero subrayar estas frases del inge: "No quiero hacer más comentarios porque no puedo exigirles un profesionalismo como yo lo entiendo. Pero los Top Masters vienen a jugar y los descansos los aprovechan para descansar". Más claro ni el agua. Ah, pero Góngora iba por la medalla de oro. Y ahora veamos los tres párrafos que Góngora insertó entre sus descalificaciones a la actitud de turista:

En Aguascalientes se acaba de realizar el selectivo estatal para Olimpiada Nacional y clasificaron algunas jovencitas que no tienen ninguna experiencia en competencias, clasificaron porque no hubo más competencia. Ante el exhorto de la asociación estatal para que se preparen, o no asistirán al torneo regional, la respuesta fue: ellas ya se ganaron el viaje.

Cuando quedé en quinto lugar del Campeonato Nacional Absoluto 2008 supe que me ganaba $6,000.00 pesos, pero no un viaje, sino un derecho, un compromiso para competir por mi país y me preparé en consecuencia -aunque no fue suficiente-. Desafortunadamente, tenemos la cultura de que “ganamos el viaje”, de que el esfuerzo termina cuando se gana el nacional. Una representación nacional no es un premio, es la culminación del trabajo y el éxito deportivo de un atleta, un compromiso que obliga a quien lo adquiere a esforzarse al límite de sus posibilidades.

Lo hice y estoy orgulloso de mi mismo, aunque inconforme con el resultado de la competencia, lo que me motiva a esforzarme aun más, porque –saben- me he propuesto jugar la próxima olimpiada en Khanty-Mansiysk, Rusia 2010.

Benjamín, en su primer post dedicado a Dresde, Retrospectiva (I), escribe que antes de partir, el presidente de la federación pagó a cada integrante de la selección sus viáticos. Según nos confía Góngora, recibió doce mil pesos. En los tres párrafos arriba citados, escribe que su premio en el nacional absoluto consistió en seis mil pesos. Bien, entonces los doce mil pesos recibidos en el aeropuerto fueron en efecto viáticos por representar a México en la olimpiada y no algún premio atrasado. Entonces, si cobraron por representar a México, supongo que el inge Ferriz sí podía exigir a los seleccionados cierto profesionalismo. Otra cosa es que inge, por supuesto, no puede amarrar ni encerrar bajo llave en sus habitaciones a los seleccionados que ignoran sus exigencias, ya sean estas explícitas o implícitas. Góngora, si se informó sobre los candidatos a capitanear la selección, se habrá enterado de lo que el inge opina sobre semejantes escapadas turísticas, y sin embargo votó por el inge para capitán de la selección (punto que ya vimos). Y luego nos dice que está orgulloso de sí mismo. Creo que más orgulloso podría estar de sí mismo si se hubiera quedado en Dresde a prepararse y a descansar, porque en las siguientes cuatro rondas juntó 1 de 4, y eso que le ganó a un tipo de 2054, rating de primera fuerza.

El problema no es, hasta donde alcanzo a ver (sé que no estoy en el ajo y por eso tal vez Góngora sepa cosas que ignoro. Por otro lado, si ya nos anda con el chisme de que según él no hubo estrategia de juego para el equipo pues que nos suelte el chisme completito) el inge Ferriz, sino los jugadores que se dan golpes de pecho afirmando que van por la medalla de oro, que deploran la cultura de "'ganamos el viaje'" (aunque sean preclaros exponentes de la misma), que afirman que "una representación nacional no es un premio, es la culminación del trabajo y el éxito deportivo de un atleta, un compromiso que obliga a quien lo adquiere a esforzarse al límite de sus posibilidades" y a la primera se van de turistas a Praga. (por supuesto, no "pensó en eso" con anticipación; tal vez se le ocurrió esa misma mañana al darse cuenta de que, tras "esforzarse al límite de sus posiblidades" ante el tablero, le sobraban posiblidades que forzar yéndose a Chequia).

Una última pincelada al rubro sobre el turismo olímpico: caminé unas cinco horas desde el museo hasta el castillo, una breve estancia pero muy significativa. Cuando finalmente tome vacaciones y vaya a conocer Europa, volveré a Praga a disfrutar cada uno de sus incontables rincones, escribe Benjamín al final de su post El día libre. ¿Habrá tomado el día libre para buscar dónde pasará sus futuras vacaciones europeas? Que Marcel Sisniega entonces se ponga en contacto con él, porque parece que Benjamín posee aptitudes insospechadas para el scouting. Ya podemos desde ahora recrearnos con las arrebatadoras locaciones que veremos -ojalá pronto- en la próxima película de Sisniega.

En fin...

viernes, 5 de diciembre de 2008

Hacer el ridículo II

Hace unos días fuimos Jeanne y yo a recoger una bufanda de lana que dejé en una sastrería para que le arreglaran dos hoyitos provocados indudablemente por polillas. Jeanne decidió quedarse afuera del local, cuidando las bicicletas, mientras yo entraba a recoger la prenda. Entré, saludé, y dije a la sastre que se acercó a mí, mostrador de por medio, "vengo por... " y aquí confundí la palabra inglesa para bufanda (scarf) con la alemana (Schal), y dije "Schaf", que es oveja o borrego en alemán.

La señora se me quedó viendo pelando los ojos, como esperando información más exacta. Decidí ayudarla (es que la sastre tampoco es alemana. Lo sé porque habla con acento y ya la he escuchado hablar un idioma eslavo), y junté mis dedos pulgares e índices, con todos los dedos extendidos, las palmas hacia afuera y a la altura del rostro. Separé las manos de manera horizontal, como representando la forma alargada de una bufanda y deletreé lentamente y con muy cuidada dicción "o-ve-ja". Apenas terminé de decirlo, vi con el rabillo del ojo a través de la ventana moverse algo verde de acá para allá. Recordé que Jeanne traía su chamarra verde, así que a volteé a verla a través del ventanal de la sastrería y la vi muerta de la risa. Inmediatamente sentí la punzada que me indica "has hecho el ridículo de nuevo". La sastre corrigió con gran diplomacia "¡Ah, la bufanda! ya está lista" y me la entregó. Le pagué los seis euros y salí de ahí lo más pronto posible. Jeanne apenas pudo explicarme por la risa que no es que haya escuchado, sino que vi claramente por tus labios cómo decías oveja y perdóname pero no pude aguantarme, es que estuvo muy chistoso.

Ahí ya me ganó la risa a pesar de estar medio amostazado. Y nos dimos cuenta de que mucha gente por acá no tiene sentido del humor: ven a dos personas dobladas de la risa en medio de la acera y fruncen el ceño.