viernes, 10 de agosto de 2007

Hacer el ridículo

Hace unas semanas aumentaron el precio del pasaje del transporte público en Bonn de 2.20 a 2.30 euros, algo que no me afecta mucho porque me traslado casi exclusivamente en bicicleta. Pero una mañana, mientras esperaba el autobús en Bonn hace unos días y preparaba mi pasaje, recordé que tendría que pagar dos con treinta en lugar de dos con veinte, y la palabra "treinta" (dreißig, en alemán) me quedó bailando en la cabeza. Llega el autobús, lo abordo, me saluda el conductor con un "buenos días" y yo le respondo... "treinta". Me mira sorprendido, me quiero corregir y digo "treinta" de nuevo, esta vez tartamudeando. Al final balbuceo a media voz cosas incomprensibles y siento la cara caliente, igualito a cuando saco algo del horno de la cocina. En pocas palabras, hice el ridículo. Eso me puso de un humor negro el resto de la mañana.

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